Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

lunes, 11 de diciembre de 2023

lunes, 6 de noviembre de 2023

INDAGACIONES SONORAS. DIALOGOS ENTRE LA MÚSICA Y EL PENSAMIENTO EN TRES MOVIMIENTOS por Ricardo L. Falla Carrillo


 

Fragmento de la introducción: 

 La música, misteriosa forma del tiempo.

Una introducción personal a las indagaciones sonoras

 

"El poema “Otro poema de los dones” (1964) de Jorge Luis Borges termina con una sentencia que me ha acompañado a lo largo de los años y que sintetiza, en parte, lo que puede ser la percepción de lo musical a la luz de la experiencia: “por la música, misteriosa forma del tiempo”. Esta conclusión memorable de uno de los textos más bellos de Borges es el punto final de un poema en donde la multiplicidad y vastedad de la realidad se confunde con la narración poética. Lo que se nos ha sido dado, ya sea en forma de procesos o de eventos —“Gracias quiero dar al divino / laberinto de los efectos y de las causas / por la diversidad de las criaturas / Que forman este singular universo”— conlleva un acto de gratitud para la existencia consciente de sí misma y de lo que le rodea. Todo asombro brindado por el universo nos conduce a algún tipo de experiencia que potencialmente se transforma en conocimiento. De ahí el agradecimiento a la música, por ofrecernos una forma del tiempo que tiene su propio secreto. En ese sentido, ¿cuál es el enigma del tiempo musical del que nos habla el gran Borges?"


jueves, 14 de septiembre de 2023

Sergei Rachmaninoff: 150 años de su nacimiento. Una Lista personal de sus obras esenciales

 

Programa de un concierto soñado: Gustav Mahler dirgiendo a Rachmaninoff, en 1910. 


Este año se conmemora los 150 años de nacimiento del gran Sergei Rachmaninoff (1873-1943).  En mi columna semanal en un medio peruano, he realizado una semblanza sobre el célebre compositor ruso, que les comparto: Sergei Rachmaninov: 150 años de nacimiento

Por otro lado, debido a varias consultas acerca de una lista de obras fundamentales de Rachaminoff, comparto una elaboración personal, no es definitiva: 

1. Concierto para piano número 3 en re menor, opus 30- 1909
2. Concierto para piano número 2 en do menor, opus 18- 1901
3. Rapsodia sobre un tema de Paganini en la menor, opus 43- 1934
4. Poema sinfónico "La isla de los muertos, opus 29- 1907
5. Etude-Tableux, opus 33 y opus 39- 1911-1916
6. Preludios, opus 23-1901
7. Sinfonía número 2, opus 27- 1908
8. Trio elegiaco número 2 en re menor, opus 9 - 1893
9. Danzas sinfónicas, opus 45- 1940
10. Concierto para piano número 1 en fa sostenido menor, opus 1- 1892

Sergei Rachmaninov: 150 años de nacimiento

miércoles, 9 de agosto de 2023

El movimiento y el sueño: obra de arte mayor de Romualdo y de Garrido Lecca

El 2021 se conmemoraron cincuenta años de la publicación de “El movimiento y el sueño”, poemario del escritor Alejandro Romualdo, que fue transformado en oratorio sinfónico por el compositor Celso Garrido Lecca. La colaboración entre ambos artistas peruanos, nos brindó una obra que, con la difusión debida, podría ser una de las cumbres del repertorio contemporáneo. 

Alejandro Romualdo (1926-2008), inició su camino literario más experimental una vez que tomó la decisión de superar el coloquialismo castizo de “Edición Extraordinaria” (1959), optando por la innovación formal en “Como Dios manda” (1967). Luego, siguiendo esa línea, empezó a darle cuerpo a “El Movimiento y el Sueño” (1971), centrándose en la disposición espacial de la escritura, explorada germinalmente en su obra anterior. Todo ello, en un juego de contrapuntos discursivos aleatorios, al modo musical “estocástico”, como lo había concebido el arquitecto y compositor griego, Iannis Xenakis (1922- 2001). Romualdo admiraba a Xenakis. En Paris, había escuchado a Pierre Boulez dirigir las obras más célebres de Xenakis: “Metástasis” y “Pithoprakta”. Y quedó marcado con las posibilidades estocásticas.

No sabemos en qué momento, Celso Garrido Lecca (N. 1927), se conoció con Romualdo. El músico piurano había compuesto, por aquellos años, piezas centrales de su repertorio como “Intihuatana” y “Estudio N. 1”.  Y parece claro que ambos estaban conversando, abiertamente, sobre el proyecto de transformar “El Movimiento y el Sueño” en un oratorio secular de grandes dimensiones, donde lo humano - terrestre y celeste- se articula desde el “polvo lunar y el polvo terráqueo”. Nuestra especie ha conquistado al espacio. Los nuevos trabajadores, astronautas y cosmonautas, ven a la tierra, cosmopolita, resplandecer a lo distancia. Pero, ahí abajo, reina la necesidad y sus manifestaciones. Romualdo y Garrido Lecca no ocultan su filiación ideológica de aquellos años. Al fin y al cabo, las grandes obras de arte tienen pretensiones utópicas. “Han sido creadas, con la mirada en lo alto del cielo/ y el libro de la sabiduría en la mano”. Como escribió Romualdo en “La extensión de la palabra” (1974). Ernesto Guevara y Neil Angstrom son el movimiento de distintos sueños.

La versión sinfónico- coral de “El movimiento y el Sueño”, fue estrenada en 1972. Con el mismo Romualdo leyendo el poema en el Teatro Municipal. Luego, tras volver a Chile, Garrido Lecca desechó la partitura original, volviéndola a reescribir en 1983. La versión de 1983 ganó el Premio de Composición de Popular y Porvenir de aquel año. Pero, por miedos ideológicos, no se grabó ni se volvió a interpretar. Hasta que, en el 2016, la Orquesta Sinfónica Nacional, junto al Coro Nacional, reestrenó y logró, finalmente, una grabación digna, intensa y poderosa, gracias a la dirección del maestro Fernando Valcárcel y a la lectura poética de Luis Peirano y Alberto Isola.

Celso Garrido Lecca ha dicho que esta obra es su mayor composición musical. Y, el mismo Romualdo, confesó que el largo poema fue, acaso, su mayor esfuerzo creativo. Al extremo que, después del siguiente libro, “En la extensión de la palabra” (1974), Romualdo no publicó nada más hasta el sorprendente “Ni pan ni circo” de 2006. Es que los grandes esfuerzos de innovación estética requieren un grado de conocimiento que no es fácil de dominar.  

“El movimiento y el Sueño”, es una gran colaboración entre poesía y música. Sigue la importante tradición de reuniones artísticas como la que Beethoven desarrolló con “Una oda a la alegría” de Schiller; Mahler con “Luz prístina” de Klopstock o el “Himno de la noche” de Nietzsche o Shostakovich musicalizando a García Lorca y a Rilke. Pero no solo es una feliz reunión. Lo logrado por Garrido Lecca, inspirado por Romualdo, puede estar al nivel de grandes obras de la segunda mitad del siglo XX, como el “Réquiem” (1965) de Ligeti, “Répons” (1981) de Boulez, “Sinfonía para 8 voces amplificadas” (1969) de Berio, “El mito de Er” (1977) de Iannis Xenakis o “Tabula Rasa” (1977) de Arvo Pärt.  

Como obra integral, “El movimiento y el Sueño”, es uno de los hitos notables de la cultura peruana. Pues es producto de nuestra propia evolución artística, en diálogo simétrico con la modernidad y sin complejos de inferioridad. Romualdo y Garrido Lecca hablan de “tú a tú” con occidente, dando lecciones de real maestría. No es de extrañarnos. Pues nuestra cultura tiene la ventaja de tener un pie en el mundo, como decía César Vallejo: “Perú al pie del orbe; ¡yo me adhiero!”.


https://rpp.pe/columnistas/ricardoleninalfredofallacarrillo/el-movimiento-y-el-sueno-obra-de-arte-mayor-de-romualdo-y-de-garrido-lecca-noticia-1346975?ref=rpp

lunes, 11 de abril de 2022

Iannis Xenakis: 100 años de su nacimiento


Este 29 de mayo se cumplen cien años del nacimiento de uno de los mayores compositores del siglo XX: Iannis Xenakis. En una entrada de mi blog de 2010 compartí una entrevista que se le hizo a este ilustre compositor y arquitecto en 1986. Dada la importancia de la obra de Xenakis, la vuelvo a compartir. Ojalá la obra del creador de "Metástasis" siga despertando interés entre los melómanos. 


En abril de 1986, la revista Correo de la UNESCO publicó una extensa entrevista a Iannis Xenakis (1922-2001) con el título Dimensión matemática de la música. Transcribo partes de esta conversación a modo de homenaje al gran compositor y arquitecto, de origen griego, rumano de nacimiento y francés por adopción. Toda vez que nos encontramos ad portas de conmemorar los 10 años de su muerte en el 2011. 


SOBRE LA RELACIÓN ENTRE MÚSICA Y ARQUITECTURA

¿Cómo explica que existan en usted esos dos espacios de la creación que son la música y la arquitectura?

Ante todo, la arquitectura es un espacio de tres dimensiones y habitable. Las convexidades y concavidades son muy importantes,   tanto desde el punto de vista sonoro como  visual. El problema de las proporciones es esencial. La mejor arquitectura no es la que ostenta un valor decorativo sino aquella cuyas proporciones y volúmenes están como deben ser: desnudos. La arquitectura es el esqueleto y pertenece al ámbito visual. Y en éste hay elementos relacionados con lo que llamamos lo racional, que también forma parte de la música. Querámoslo o no, hay un puente entre la arquitectura y la música basado en nuestras estructuras mentales que son las mismas tanto en la una como en la otra. Los compositores, por ejemplo, han utilizado simetrías que existen en la arquitectura. Si se trata de saber cuáles son las partes iguales y simétricas de un rectángulo, la mejor manera de proceder es hacerlo girar sobre -sí mismo y sólo hay cuatro posibilidades para ello. En la música existen también tales transformaciones y eso es lo que en la esfera melódica se inventó en el Renacimiento. Se toma una melodía: se la lee al revés, se toma su inversión en relación con los intervalos, es decir que lo que iba hacia los tonos agudos va hacia los graves y viceversa; añádase a ello la reiteración de la inversión que utilizaron los polifonistas del Renacimiento y que ha empleado también la música serial y tendremos efectuadas en este ejemplo las mismas cuatro transformaciones que en la arquitectura. Tomemos otro ejemplo, el del pabellón Philips. Lo concebí basándome en ideas provenientes de la música para orquesta que yo componía en esa época. Quería crear espacios que se modificaran y transformaran continuamente a partir del desplazamiento de una recta, con lo cual se obtienen paraboloides hiperbólicos en el caso de la arquitectura y verdaderas masas de glissandi en música.

LA PROPORCIÓN ÁUREA EN LA MÚSICA
¿Hay en la historia, según usted, ejemplos de ese encuentro, más bien identificación, entre las concepciones arquitectónica y musical?

Bueno, tenemos el caso de Bêla Bartok que utilizó la sección áurea para obtener sus acordes. Ahora bien, la sección áurea proviene del ámbito visual: es una proporción  geométrica que tiene una característica suplementaria: cada término es el resultado de la suma de los dos que le preceden. Y tal proporción se utilizó en arquitectura, desde las pirámides de Egipto hasta los templos griegos, como una suerte de clave milagrosa para construir hermosos monumentos.

MÚSICA PETRIFICADA
¿Y es fundamental para usted tal correspondencia?
Goethe ha dicho que "la arquitectura es una música petrificada".  Si se trata de ahondar  esta fórmula, puramente literaria, para intentar una comprobación más objetiva, se llega en seguida a las estructuras mentales que pertenecen al tipo de los conjuntos. La rotación del rectángulo o las melodías son grupos de transformaciones. Y la teoría de los conjuntos trata precisamente de las simetrías hasta lo infinitamente pequeño de las partículas, que es la única manera de identificarlas. Hay pues diversos niveles de correspondencia. El más vago es el literario, como el de Goethe; yo he señalado otro, más objetivo, con el ejemplo de los conjuntos y otros más, de tipo diferente, como aquel de crear espacios sonoros, sea arquitectónicos, utilizando la línea recta acústica como los glissandi o la recta final.  Pero hay también otras maneras de ver.  Por ejemplo, el ritmo. ¿En qué consiste? Se trata de escoger puntos en una recta, la  recta del tiempo. El músico cuenta el tiempo de la misma manera que al marchar se  cuentan los hitos kilométricos. Igual sucede en arquitectura, tratándose de una fachada,  por ejemplo. Y las teclas del piano son también arquitectura: están dispuestas de  manera constante. En un caso se trata del tiempo, en el otro del espacio. Hay pues  una correspondencia entre los dos. Y ello es posible debido a que hay una estructura  mental más profunda, aquello que los matemáticos llaman una estructura de orden.

Obras de Xenakis de interés sin orden de jerarquía: 


1. Metástasis - 1954
2. Phitoprakta-1955
3. Diamorpheses- 1958
4. Herma-1960
5. Nomos Alpha-1968
6. La lengende d´eer -1977
7. Komboi-1981
8. Tetras-1983
9. Ergma-1994
10. O.- Mega- 1997


Leer más: http://serialismo.blogspot.com/2010/09/musica-y-arquitectura-segun-xenakis.html#ixzz7QCT8Yqcm


Phitoprakta, 1955

martes, 11 de enero de 2022

Shostakovich inspirado por Bach: 24 preludios y fugas



Dimitri Shostakovich (1906-1975), tenía un conocimiento de la música impresionante. No sólo a nivel formal. También en una dimensión histórica en términos hermenéuticos. Es decir, podía viajar a otro tiempo sin desligarse del suyo. Ello se percibe en los "24 preludios y fugas" que el gran compositor ruso compuso inspirado en Bach. Así,  el más grande compositor del siglo XX, toma el arte prestado del mayor músico de la historia y lo reelabora a su modo. 

En 1950, Shostakovich fue invitado a Leipzig a ser parte de las efemérides por los 200 años de la muerte de Bach. En dicha ciudad, se celebró un concurso para piano, en el cual el compositor ruso fue parte del jurado. La medalla de oro la ganó una compatriota suya, Titiana Nicoleyeva, quien interpretó con maestría las cuarenta y ocho partes del "Clave bien temperado". Shostakovich quedó fascinado por la forma de tocar de Nicolayeva y, regresando a Moscú escribió "Los 24 preludios y fugas". La obra tuvo dos estrenos. Uno en 1951, con Shostakovich. La segunda, en 1952, con Nicolayeva. 

Sin duda es una obra orientada más a los músicos, que para el público. Obra difícil de digerir, pero fascinante una vez que se ubica la puerta para entrar en ella. 


sábado, 27 de noviembre de 2021

"Me he retirado del mundo", la utopía íntima de Mahler

Este es uno de los anhelos más solicitados por muchos: dejar las vanidades del mundo, sus cuitas, su nimiedades y pasar los últimos años lejos de todo. Sin dudas, si el mismo Mahler optó por este poema de Friedrich Ruckert (1766-1866), es por qué él mismo sentía la necesidad de "retirarse del mundo". Cuestión paradójica si tomamos en cuenta que Mahler, hacia 1901, iniciaba su camino hacia la mayor de las famas. Sin embargo, a Mahler la dirección le quitaba tiempo. Y siempre parecerá extraño que a uno de los más aclamados directores de la historia, sufría en secreto el serlo. Pues Mahler se asumía fundamentalmente como compositor, aprovechando sus vacaciones veraniegas para dedicarse a ello.

No hay palabras suficientes para ponderar la belleza de este lieder, el favorito de muchos de los melómanos de este planeta. Aquí hay anhelos que tantos compartimos y que, a determinada edad, deseamos tocar con las manos. La utopía personal, el cielo de la soledad anhelada para esperar serenamente el fin. 

Me he retirado del mundo

en el que malgasté mucho tiempo,
hace tanto que no se habla de mí
¡Que muy bien pueden creer que he muerto!

Y muy poco me importa
que me crean muerto;
no puedo decir nada en contra
pues seguramente estoy muerto para el mundo.

¡Estoy muerto para el bullicioso mundo
y reposo en un lugar tranquilo!
¡Vivo solo en mi cielo,
en mi amor, en mi canción!